
Declaración de Emergencia Climática Sevilla 2019. La conciencia sobre la crisis o desequilibrio climático se va afianzando en la sociedad actual, hasta el punto que, aceptada la situación general y las legislaciones en desarrollo, no es suficiente.
La sociedad mundial es cada vez más exigente en la consecución de objetivos ambientalmente sostenibles y se posiciona cada vez más en parar la crisis climática. Ejemplo singular son las movilizaciones europeas de FFF (Friday for Future). También las de esta semana del 22-27 de septiembre en el mundo.
El incremento de la temperatura media global sobre la tierra y océanos (gráfico inferior), la desaparición continuada de especies, la ineficiente gestión del agua potable y la elevación sostenida de los niveles de CO2 por causas antropogénicas han hecho saltar todas las alarmas y crecer las demandas hacia acciones y políticas más contundentes. Entre otras cosas porque no tenemos “Opción B” para nuestro planeta.
Es encomiable que países como Reino Unido primero, Irlanda o Suiza después, y gobiernos regionales de Escocia, Gales, Francia, Italia y ciudades de EE.UU. y Australia, hayan dado un salto un primer salto cualitativo para declarar la EMERGENCIA CLIMÁTICA.
Cuestión que se va generalizando en capitales como Sevilla y comunidades como Cataluña, Extremadura…, pero que tiene que ir a más.
O sea, un acuerdo gubernamental para incidir en políticas y acciones que rompan la tendencia térmica creciente actual (mapamundi inferior), aumento de contaminantes nocivos para la salud humana y demás seres vivos, de incremento desorbitado de Gases de Efecto Invernadero (GEI), extinción de especies, deficiencia alimentaria en muchos países, migraciones climáticas, desigualdades sociales…
Estas medidas incontestables, tras 27 años de cumbres que reúnen con rigor científico las determinaciones del panel del IPCC, deben implementarse como nuevas políticas verdes, con la labor de las organizaciones de defensa ambiental, recogiendo la creciente movilización y conciencia social, llevando hacia una nueva transición energética, alimentaria y de respeto al medio ambiente. Nos preguntamos qué compromisos saldrán estos días de Nueva York: más nos vale que sean ambiciosos para así compensar las ausencias de EEUU y Brasil.
Declaración de Emergencia Climática Sevilla 2019
Es indispensable esa Declaración como paso previo a la toma de nuevas decisiones que nos aboquen hacia otra senda muy diferente, un giro de 180º, para evitar el colapso pronosticado en menos de once años.
Se necesitan nuevas y claras posiciones políticas asociadas a beneficios ambientales objetivos que deben tomarse tanto a nivel estatal, como regional y local. Lo que no se puede es “no actuar”.
Avanzar paso a paso, pero con unos objetivos muy concretos, firmes, eficaces y sin vuelta atrás. Por ejemplo: promocionar el transporte de viajeros y mercancías mediante el ferrocarril convencional; revegetar las ciudades y sus periferias; favorecer el autoconsumo energético sin ambages; limitar y ordenar el tráfico privado en las ciudades (p.e.: sin derogar lo que ya funciona, como Madrid Central o Plan Clima de Barcelona); optimizar las redes de agua y gestión de residuos…
En Andalucía, comprender esta realidad en lo regional y local resulta imprescindible: a) para el caso concreto de Sevilla (con los frecuentes procesos de inversión térmica que sufrimos al año); y b) de todo el sureste peninsular y Valle del Guadalquivir (por la influencia creciente del avance del Desierto del Sáhara como se aprecia en el mapa mundial global).
Dar pasos por la sostenibilidad y ejecutar unas políticas firmes, como la del Plan Andaluz de la Bicicleta, deben quedar fuera de dudas. Está claro que las consecuencias ambientales y sanitarias cada año son más evidentes y aceleradas.
Por eso, Sevilla, como candidata a Capital Ciudad Verde Europea-2023, debe abanderar esta declaración por la vía de los hechos, claro. Y con ella e inmediatamente, girando en las políticas de protección efectiva y ampliación generosa del arbolado urbano y metropolitano, atajando el creciente problema circulatorio y de transporte hacia servicios públicos sostenibles y eficientes (la problemática de los patinetes eléctricos, llevados mayoritariamente por jóvenes sanos y sin discapacidades físicas y que luego se abandonan en la vía pública, resulta surealista), limitando el tráfico privado, favoreciendo la transición energética y el consumo eléctrico hacia fuentes limpias, apostando decididamente hacia un urbanismo sostenible ambientalmente (implantar un sello de calidad ya), educando hacia un consumo de proximidad, limpieza urbana más allá del eje Puerta Jerez a las Setas… con un largo etcétera. Pero siempre de acuerdo con la imprescindible participación y concienciación ciudadana, premiando sus gestos positivos.
Por eso necesitamos que la Declaración de Emergencia Climática aprobada por el ayuntamiento sea clara, efectiva y a muy corto plazo, dado que nuestra posición geográfica nos compromete frente al desierto que se expande.
Ya es sabido que las medidas al respecto, si no son contundentes y unánimes, resultarán ineficaces.
Juan Eugenio Mena Cabezas
Consultor Agrario y Medioambiental y miembro de la Red de Sevilla por el Clima
Septiembre de 2019